Andira inermis

Árbol, 4–25 m, estípulas, lineares, persistentes. Hojas imparipinnadamente compuestas; folíolos 7–15, opuestos, oblongos, a menudo ondulados por el margen. Inflorescencias terminales, paniculadas, flores púrpura. Frutos subglobosos, leñosos, indehiscentes. Se distribuye desde México hasta el norte de Argentina y las Antillas, África Tropical. En Costa Rica en bosque seco, húmedo, muy húmedo y pluvial, 0–1050 m; ambas vertientes de las cordilleras, Llanuras de Tortuguero y de Santa Clara.(1)

Es un árbol ornamental popular en los países tropicales donde crece, por la sombra que ofrece y por las fragantes flores atractivas. Tiene una corteza lisa de color gris que se ha utilizado en la medicina tradicional a base de hierbas como un fuerte purgante para expulsar las lombrices intestinales. Algunas tribus indígenas del Amazonas usan la corteza para matar a los peces en el río. Otras tribus para preparar una decocción de la corteza que se utilizará para tiña y otras infecciones fúngicas en la piel.(2)

Un gran atractivo del almendro de río lo observamos cuando de repente brotan todas las hojas nuevas, de color verde claro, y hace que tengan un contraste muy fuerte con el verde intenso que lo rodea,  este fenómeno se denomina “flush”. La floración  es otro momento de especial belleza, cuyo aroma atrae abejas, mariposas, murciélagos y algunas aves.(3)