Manacus candei

Stiles y Skutch (2007), documentan en su guía de aves que prefieren los bordes enmarañados de los bosques húmedos, la vegetación tupida a lo largo de quebradas dentro del bosque, áreas de crecimiento secundario alto y denso; generalmente se mantiene en la parte baja de la vegetación densa.

Vuela para agarrar frutos lo mismo que los otros saltarines; a menudo se desplaza en grupos dispersos en que los machos periódicamente chasquean las alas y realizan despliegues, con frecuencia erizando las plumas de la garganta más allá del pico, formando una barba (foto 4, 5). En las asambleas de cortejo (leks) cada macho quita toda la basura presente en un pedazo circular del suelo, que puede llegar a ser de hasta 1.2m de diámetro, sobre el que brinca en diferentes direcciones sobre tallitos erectos delgados, emitiendo un chasquido fuerte en cada salto. Cuando la hembra llega, saltan juntos cruzándose entre sí sobre el área despejada.

Esta especie es residente común en las bajuras y piedemontes de la vertiente del Caribe; apenas alcanzando el lado del Pacífico, a través de los pasos bajos en la Cordillera de Guanacaste. Habita desde el nivel del mar hasta los 700 m.